Blog

MARCHA NÓRDICA COMO TERAPIA PARA RECUPERAR LAS SECUELAS DERIVADAS DEL COVID-19

11/05/2021

La marcha nórdica es una actividad física saludable que promueve el bienestar de las personas a través del movimiento.

Al practicarla, puede llegar a activarse el 90% de los grupos musculares del cuerpo a la vez que ayuda a potenciar el equilibrio, la coordinación, la propiocepción y las cualidades físicas básicas: la fuerza, la resistencia, la flexibilidad, y la velocidad. Al ser un método fácil de aprender y que no requiere grandes exigencias para su realización, es idóneo como terapia de recuperación para aquellas personas que sufren secuelas derivadas del COVID-19. A continuación explico por qué.

Quienes han superado el COVID-19 pueden presentar diferentes alteraciones que pueden afectar a aspectos muy variados:

  • Alteraciones pulmonares: pueden provocar dificultad respiratoria y fatiga crónica, dando lugar a una sensación de cansancio extremo que puede alterar la autonomía y las rutinas de las personas que lo padecen.
  • Alteraciones musculares: puede aparecer pérdida de fuerza muscular debido al encamamiento o al sedentarismo derivado del confinamiento, lo cual, da lugar a una debilidad generalizada.
  • Alteraciones neurológicas: en los casos más severos de la enfermedad en los que ha habido largos periodos de inmovilización y encamamiento pueden aparecer mielitis (inflamación de la médula espinal) o neuropatías periféricas (lesiones en un nervio o grupo de nervios) por compresión.
  • Alteraciones cognitivas: debido a la inflamación cerebral provocada por la secreción de moléculas inflamatorias, o como consecuencia adversa de la medicación o accidentes cerebrovasculares secundarios a la enfermedad, algunas personas  presentan sintomatología neuropsicológica relacionada con la atención, la memoria y la concentración, siendo incapaces de concentrarse o realizar varias tareas a la vez.
  • Alteraciones emocionales y psíquicas: superar un proceso patológico como el COVID-19, sobretodo en casos severos de enfermedad que han cursado con largas estancias en UCI, comas inducidos o respiración asistida, pueden generar cuadros de ansiedad, depresión, fobias o insomnio.

¿Por qué puede ayudar la marcha nórdica a mitigar o hacer desaparecer estos trastornos?

  • Al ser una actividad aeróbica, mejora el sistema cardiovascular y favorece la mejora de la capacidad pulmonar reduciendo la fatiga y aumentando la resistencia al esfuerzo. Debido a su versatilidad, la intensidad de las sesiones se puede adaptar a las condiciones de cada usuario siendo estas progresivas en función de la evolución de la clínica.
  • Ayuda al fortalecimiento muscular global ya que en comparación a una caminata normal, a través del uso de los bastones, activamos un 30% más de la musculatura corporal. Además, ayuda a mejorar la flexibilidad y la agilidad. Al aumentar la fuerza global también contribuye a mejorar la capacidad de marcha, el equilibrio y la coordinación (muchas veces alterados por descompensaciones corporales y reparto desigual de cargas) y a mejorar la postura y el esquema corporal global.
  • Contribuye en la rehabilitación de las lesiones producidas por la inmovilización en médula y nervio periférico a través de la potenciación muscular, los estiramientos, el trabajo propioceptivo y la estimulación sensitiva que se pueden realizar durante una sesión específica de marcha nórdica. En estos casos siempre se tendrá que tener en cuenta qué tipo de afectación hay para adaptar los ejercicios y la manera de reeducar la marcha a cada persona.
  • Estamos ante una actividad que requiere de cierta técnica, es necesario aprender las directrices básicas para poder ejecutarla de manera óptima, por lo cual, durante el aprendizaje y desarrollo del método estamos estimulando capacidades cognitivas como la atención, la concentración, la memoria y el multitask (realización simultánea de distintas tareas).
  • En cuanto a las alteraciones del estado de ánimo, reflejan una notable mejora ya que recuperar la capacidad de marcha y la autonomía genera un aumento de seguridad en uno mismo. De la misma manera, al ser una actividad física que puede realizarse en grupo, fomenta las relaciones interpersonales y la posibilidad de compartir experiencias con otras personas que han pasado por una situación similar.
  • Al realizar un gasto energético elevado también ayuda a la normalización de los ritmos circadianos y a combatir el insomnio.
  • Por otro lado, poco se habla del dolor que sufren las personas que han superado el COVID-19, pero es muy habitual la presencia del mismo; de hecho, aparece de diferentes maneras:
  • Dolor muscular derivado de la atrofia de determinados grupos musculares o de las sobrecargas de otros.
    • Dolor hipóxico causado por la falta de oxígeno. Es secundario a la alteración de la función de algún órgano como consecuencia de la medicación o la falta de saturación de oxígeno pulmonar.
    • Dolor neuropático, conocido también como dolor nervioso puede manifestarse de diferentes formas y en distintas áreas corporales. Tiene su origen en el sistema nervioso y puede estar devenido de una lesión de nervio periférico o de una lesión central (accidente cerebro-vascular o mielitis secundarios a COVID-19).
    • Cefaleas tensionales, fuertes dolores de cabeza provocados por la tensión muscular, el insomnio o trastornos depresivos o de ansiedad.

Tomar consciencia de qué está causando el dolor que una persona siente, y que ella misma tenga herramientas para poder gestionarlo es fundamental para que la dolencia se mitigue o desaparezca, pero ello ha de ir acompañado de cambios físicos (posturales, musculares…) que pueden adquirirse a través de la marcha nórdica.

  • Por último, no debemos olvidar otro factor importante que se ve reforzado, el sistema inmune (SI). El SI queda debilitado tras superar una enfermedad tan agresiva ya que ha de emplearse a fondo para combatir un virus que no reconoce, este esfuerzo mantenido durante mucho tiempo (recordemos que hay personas que han estado ingresadas más de un año u otras que presentan COVID persistente) genera estados de inflamación constante de bajo grado que acaban afectando a diferentes tejidos corporales, y por ende, a funciones físicas y fisiológicas. Dicho estado de inflamación de bajo grado se da cuando el organismo lucha constantemente contra “algo”, cuando el sistema inmune de adapta a esa situación de “estar alerta”.

Una gran medicina para nuestro SI es el movimiento, ya que a través del mismo conseguimos un aumento de la oxigenación, liberamos hormonas relacionadas con el estrés (adrenalina, noradrenalina y cortisol) que contribuirán a restablecer el equilibrio entre linfocitos y neutrófilos para solucionar esa inflamación y activamos el sistema neuroendocrino que estimulará los reflejos motores y las capacidades cognitivas.

En conclusión, la marcha nórdica es una actividad altamente recomendable para quienes han sufrido o sufren el COVID-19 ya que bien guiada, cubre el abordaje del amplio abanico de secuelas que pueden presentarse.

Otros artículos

BENEFICIOS DE ENTRENAR LA FUERZA A TRAVÉS DE LA MARCHA NÓRDICA

BENEFICIOS DE ENTRENAR LA FUERZA A TRAVÉS DE LA MARCHA NÓRDICA

La fuerza es una capacidad física básica que nos permite generar tensión intramuscular frente a una resistencia pudiéndose producir con ello movimiento o no. Numerosos estudios han demostrado que su entrenamiento tiene múltiples efectos beneficiosos para nuestra salud...