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¿CÓMO PUEDE AYUDAR LA MARCHA NÓRDICA A LAS PERSONAS CON ARTRITIS REUMATOIDE?

11/05/2021

En los últimos tiempos, practicar marcha nórdica “se ha puesto de moda”, cada vez es más frecuente ver a personas caminando con bastones por las calles de grandes y pequeñas ciudades y en la naturaleza. Se ha hablado mucho de todos los beneficios que tiene para un amplio abanico de aspectos que rodean nuestra salud (físicos, psicológicos, inmunológicos, fisiológicos…) pero poco se ha profundizado en cómo puede ayudar a mejorar la clínica de un sinfín de patologías específicas.

A través de la fisioterapia y del profundo conocimiento de la biomecánica del cuerpo, este blog pretende mostrar las aplicaciones terapéuticas de esta actividad.

Comenzaremos hablando de la artritis reumatoide, un trastorno inflamatorio crónico que afecta mayoritariamente a las articulaciones y sus tejidos circundantes, pero que también puede repercutir sobre otros órganos del cuerpo.

Habitualmente, cursa con dolor, deformidad, rigidez y limitación de movimiento de las articulaciones afectadas ,y puede llegar a ser muy incapacitante. Es una enfermedad autoinmune (el cuerpo “ataca” las células sanas) con baja frecuencia de curación espontánea, pero con el tratamiento farmacológico adecuado se puede paliar la sintomatología y prevenir daños articulares irreversibles.

Cuando se convive con el dolor, el cuerpo “ se vuelve loco”,  se olvida de lo que es fisiológico y busca de cualquier modo encontrar cierto bienestar, lo cual, da lugar a compensaciones posturales y musculares que se acaban grabando en nuestro cerebro modificando el esquema corporal y los patrones posturales. Por contradictorio que parezca, este hecho produce que algunos grupos musculares trabajen por encima de sus posibilidades (y se sobrecarguen) y otros se atrofien por desuso dando lugar a nuevos cuadros dolorosos, cansancio y apatía.

Es difícil salir de este bucle.

¿Cómo puede ayudar la marcha nórdica? Bien, en primer lugar, un fisioterapeuta especializado valorará el caso y trabajará para normalizar y mejorar todas las estructuras músculo-esqueléticas alteradas y así reducir el nivel de dolor.

En segundo lugar, el fisio, ayudará a reprogramar el esquema mental y concienciará al paciente de cómo tiene que posicionarse a través de distintos ímputs. Una vez adquirida cierta consciencia corporal se iniciará la reeducación de la marcha sin bastones, antes de aprender la técnica se debe “saber andar” activando la musculatura adecuada, coordinando el movimiento de brazos y piernas y realizando a su vez un correcto apoyo del pie.

Pasada esa fase inicial, se pueden iniciar el aprendizaje de la técnica y las caminatas supervisadas realizando marcha nórdica. El uso de los bastones aportará estabilidad al paciente reduciendo así el miedo a una posible caída, le ayudará a mantener una posición adecuada durante la marcha y reducirá el impacto sobre las articulaciones.

Así mismo, caminar al aire libre ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, oxigenar los tejidos, fortalecer el sistema inmune, mejorar el estado anímico y disminuyendo los niveles de estrés y ansiedad.

Si todavía no estás convencido/a ¡anímate a probarlo!

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